El Cardenal Wilfrid Fox Napier, Arzobispo Emérito de Durban (Sudáfrica) y una de las más importantes voces de la Iglesia católica en África, respondió con citas del Papa Francisco y de Benedicto XVI a las recientes propuestas del Cardenal Robert McElroy y a los insistentes llamados del sacerdote jesuita James Martin para cambiar la doctrina de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad.
En una respuesta a través de Twitter a una publicación del P. James Martin SJ, el Cardenal Napier escribió: "¿La suprema ironía de la década? Un mes después de su muerte, estas palabras de 1986 del entonces Cardenal Ratzinger advierten a los obispos que estén siempre alerta a 'aquellos programas que de hecho intentan ejercer una presión sobre la Iglesia para que cambie su doctrina, aunque a veces se niegue de palabra que sea así'".
El Cardenal sudafricano se refirió de esta forma a la Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la atención pastoral a las personas homosexuales, firmada el 1 de octubre de 1986 por el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Joseph Ratzinger, que años después se convertiría en el Papa Benedicto XVI.
La publicación del P. James Martin cita un artículo de los editores del semanario británico The Tablet, un periódico católico progresista, que argumenta sin cifras o referencias que "existe un sentimiento generalizado, no solo entre los católicos homosexuales, de que la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre la homosexualidad es insatisfactoria".
El texto del semanario británico añade que "el Papa Francisco parece pensar que sí, a juzgar por una entrevista que concedió recientemente", en referencia a las declaraciones del Santo Padre para la agencia Associated Press, en la que aseguró que "ser homosexual no es un delito. Es una condición humana".
Tras recordar la enseñanza del Catecismo de la Iglesia Católica, que indica que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados", The Tablet cita al Cardenal británico benedictino Basil Hume, fallecido en 1999, diciendo que "la palabra 'desordenado' es dura en nuestro idioma inglés".