VATICANO,
En su encuentro con los sacerdotes, religiosos y seminaristas de la República Democrática del Congo, el Papa Francisco pidió ser "signos luminosos de disponibilidad total al Reino de Dios viviendo el celibato" y defendió que "la formación del clero no es opcional" y debe continuar "toda la vida".
En la tarde de este jueves 2 de febrero, tercer día del viaje apostólico en África y conmemoración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el Papa Francisco mantuvo un encuentro con obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas en la Catedral de Nuestra Señora del Congo.
El Santo Padre llegó al templo en silla de ruedas y fue recibido por más de 500 fieles que le esperaban en la entrada de la Catedral.
Antes de escuchar los testimonios de algunos religiosos del país, rezó durante unos instantes frente a las tumbas de los arzobispos fallecidos.
En su discurso dirigido a los más de mil religiosos presentes, el Santo Padre señaló que "poniendo a Jesús en el centro nos cambia la perspectiva sobre la vida y, aun en medio de trabajos y fatigas, nos sentimos envueltos por su luz, consolados por su Espíritu, animados por su Palabra, sostenidos por su amor".
A pesar de los desafíos que hay en el compromiso sacerdotal y religioso, el Pontífice aseguró que "también hay mucha alegría en el servicio del Evangelio y son numerosas las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada".