VATICANO,
Antes de comenzar su 40° Viaje Apostólico en la mañana de este jueves 31 de enero, el Papa Francisco se detuvo frente al "Monumento a los Caídos de Kindu", construido en los alrededores del aeropuerto de Fiumicino de Roma.
Este monumento se erigió en recuerdo de los 13 aviadores italianos que perdieron la vida en el Congo el 11 de noviembre de 1961. Fallecieron en un intento de restablecer la paz en el antiguo Congo belga, azotado por la guerra.
Los aviadores fueron capturados por los congoleños "rebeldes", quienes les dispararon hasta la muerte.
Al comenzar el viaje hacia la ciudad de Kinshasa, el Pontífice se disculpó ante los periodistas que le acompañaban en el vuelo por no poder acercarse a saludar a cada uno debido a sus problemas de rodilla.
"Me gustaría hacer el recorrido, pero hoy no puedo. No sé, puedo quedarme aquí, pero me da un poco de vergüenza tenerlos a todos aquí... Podemos saludar desde lejos, no sé", dijo el Santo Padre.
Además, recordó que "ahora mismo estamos cruzando el Sahara. Pensemos un poco, en silencio, una oración por todas aquellas personas que, en busca de un poco de consuelo, un poco de libertad, lo han atravesado y no lo han conseguido".