Si bien continuó celebrando Misa en línea durante semanas después del decreto del Vaticano, Pavone ahora se hace llamar "Frank Pavone" en todos sus canales de redes sociales. Su foto de perfil en los diferentes canales de redes sociales ha cambiado de una foto suya con collar sacerdotal y un sombrero rojo, a diferentes fotos sin el collar. Pavone ha manifestado que planea apelar su caso ante el Papa Francisco y su sucesor, si es necesario, para ser reintegrado.
Ni Mons. Zurek ni la diócesis han emitido declaraciones públicas sobre el caso de Pavone, aunque ha publicado la carta del Arzobispo Pierre a los obispos en su sitio web, sin comentarios.
El decreto del Vaticano no tiene relación con las operaciones de Priests for Life, una organización provida que se mudó de Nueva York a Titusville, Florida, en 2016. Pavone se ha desempeñado como su director nacional desde 1993.
Pavone ha hecho circular un par de cartas que, aduce, respaldan sus afirmaciones de que el Obispo Zurek estaba decidido a deshacerse de él.
Una de las cartas fue escrita en marzo de 2016 por el difunto Mons. Harold Waldow, entonces vicario del clero de Amarillo, dando fe de la "animosidad personal" que exhibió Mons. Zurek hacia Pavone.
"He sido testigo de ocasiones en las que el Obispo Zurek estuvo presente en una variedad de reuniones (…), durante las cuales aparecía el nombre del P. Pavone", escribió Mons. Waldow.
"El Obispo Zurek a menudo aprovecha estas ocasiones para revelar la naturaleza tóxica de su relación con el P. Pavone. Hace comentarios públicos sobre asuntos delicados relacionados con él. En más de una ocasión ha tergiversado seriamente la situación real con sus comentarios", continuó.
"Si bien hubo ocasiones en las que tuve que hablar con él sobre temas delicados, incluso desagradables, el P. Pavone, en mi experiencia, demostró ser un sacerdote eficaz y generoso, completamente dedicado al ministerio, especialmente al ministerio provida. He visto los frutos de su ministerio en la diócesis y en otros lugares de la escena nacional e internacional", escribió Mons. Waldow.
"Es en este contexto que alenté al P. Pavone a dejar la diócesis y colocarse más allá del impacto de la animosidad personal del Obispo Zurek hacia él, para que pudiera continuar floreciendo como sacerdote y que los frutos que había visto personalmente pudieran continuar madurando", acotó.
'Frank, eres incorregible'
Una segunda carta, fechada el 5 de mayo de 2017, poco más de un año después de la de Mons. Waldow, es de Mons. Zurek. El obispo escribió que buscaría la laicización del sacerdote si Pavone no presentaba voluntariamente su propia solicitud para ser destituido del estado clerical. Mons. Zurek le dio a Pavone 15 días para responder.
"Es con gran pesar, pero también con absoluta frustración contigo que escribo esta carta", comenzaba Zurek, y citó el "comportamiento escandaloso", la "participación en política partidista", la "desobediencia persistente" y la "falta de respeto por la autoridad, el control y la supervisión eclesial legítimos" de Pavone.
Gran parte de la carta se refiere al episodio de 2016 que trata sobre los restos del bebé abortado.
"He recibido cientos de correos electrónicos, muchas llamadas, cartas y notas de católicos, no católicos" y no cristianos, escribió Zurek. "Todos estaban indignados, horrorizados y profundamente escandalizados por sus acciones. Ha resultado en un daño grave".
Zurek también citó la "retórica partidista a favor de un candidato político y un partido" de Pavone, que según el obispo era una violación del derecho canónico.
"Frank, eres incorregible. No tienes respeto por mí, mi oficina, mi autoridad, mi supervisión. He estado lidiando con tu desobediencia y comportamiento escandaloso durante años. No hay nada más que pueda hacer contigo", escribió Zurek.
"En buena conciencia, ni siquiera consideraré permitirle excardinarlo a otra diócesis", concluyó el obispo.
"Simplemente continuaría siendo desobediente y actuaría de manera escandalosa, como lo hizo en su excardinación de Nueva York a la Diócesis de Amarillo. Mi predecesor, el Obispo Yanta, me dijo que lamenta profundamente haberlo incardinado en la Diócesis de Amarillo", agregó.
En un comunicado el jueves, Pavone afirmó que Zurek nunca investigó completamente los hechos del incidente de 2016 y tergiversó sus otras supuestas infracciones.
Pavone indicó que las dos cartas, en conjunto, brindan una imagen más completa de lo que condujo a las medidas drásticas del Vaticano en su contra. Y se mantuvo firme en sus declaraciones anteriores de que no vio ninguna notificación oficial de su laicización.
"Mis comentarios públicos son consistentes con lo que dice el funcionario aquí. Simplemente he estado diciendo que yo, personalmente, no he visto el decreto, ni mi equipo canónico tampoco", afirmó.
"Pero nuevamente, tanto la diócesis como el Vaticano sabían de mi comunicación al obispo, de que cualquier esfuerzo adicional para contactarme directamente sería considerado y tratado como acoso", agregó.
"En mi experiencia, esto no fue un proceso; fue un abuso, y las autoridades deben respetar eso, ya sea que estén de acuerdo o no", concluyó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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