El Obispo de Catamarca (Argentina), Mons. Luis Urbanc, presidió la Misa central en los actos por el 140º aniversario de la muerte del Beato Mamerto Esquiú, que se desarrollaron en El Suncho, lugar de su fallecimiento.
Las actividades conmemorativas comenzaron con el Vía Crucis, que partió desde la localidad de Esquiú y recorrió 6 kilómetros hasta llegar al paraje El Suncho, con peregrinos a pie, a caballo y en vehículos.
Finalizado el Vía Crucis, se dio inicio a la celebración de la Eucaristía, presidida por Mons. Urbanc, y concelebrada por el párroco de San Roque, P. Domingo Chaves, y el vicario parroquial, P. Juan Marcos Bello, entre otros sacerdotes.
"El Beato Esquiú ha sido un regalo para el siglo XIX, no solo en Catamarca, sino en todo el país, y sigue siéndolo para nosotros hoy. Su figura sigue inspirando deseos profundos de ser un verdadero discípulo misionero de Jesús", afirmó el Obispo en su homilía.
Desde el lugar donde hace 140 años el Beato tuvo su Pascua, el Prelado recordó que Esquiú vivió en un mundo "difícil, complejo, con muchos desafíos", pero que él tenía "en el centro de su corazón a Jesucristo".
"Esto es lo grande del Beato Mamerto Esquiú, quien se quiso identificar con Jesús. Eso es lo que tenemos que practicar en nuestras vidas", animó.