Arzobispo Chaput: Benedicto XVI es candidato a ser Doctor de la Iglesia

El Arzobispo Chaput contó que la primera vez que conoció en persona al Cardenal Joseph Ratzinger fue hace unos 30 años, cuando el estadounidense era "un joven obispo en la Diócesis de Rapid City".  

En ese entonces, el Prelado dedicaba parte de su misión a mejorar las traducciones litúrgicas para la Iglesia en su país, y por ello solicitó una reunión con el entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe para buscar consejo.

"Recuerdo estar muy nervioso cuando llegué a Roma, pero él me recibió con calidez y humildad y me dio buenos consejos y me animó de todo corazón para que comprendiera que todo los obispos eran igualmente maestros de la fe, y no solo obispos de las principales diócesis", dijo. 

"También ofreció el apoyo de su personal en el tratamiento de diversos problemas que surgieron en ese momento", añadió.

En el 2012, como Arzobispo, Mons. Chaput viajó a Milán (Italia) para anunciar que Filadelfia sería la próxima sede del Encuentro Mundial de las Familias.

El Arzobispo recordó haber tenido "el privilegio" de compartir la mesa con el Papa Benedicto XVI y una familia militar de Estados Unidos.

"(Benedicto) Fue maravillosamente amable. Hablaba con todos y era muy amable con los niños. Escuché que le gustaba el refresco de naranja Fanta y vi que era cierto: había una gran jarra sobre la mesa", contó.

Dijo también que, aunque el Papa era tímido, "siempre fue muy amable y dispuesto a hacer lo que fuera necesario para que los demás se sintieran cómodos".

Otro momento que recuerda con alegría fue la visita ad limina que realizó como Arzobispo, junto a sus cuatro obispos auxiliares, durante el pontificado de Benedicto XVI.

"El Papa Benedicto nos escuchó atentamente a los cinco. No dijo nada ni tomó notas", relató.

Después de detallar la parte final del informe, Mons. Chaput destacó que "el Papa respondió con un brillante resumen de cada una de las cinco partes con su propio comentario y sugerencias, todo de memoria".

"Cada elemento de su respuesta fue astuto y pastoralmente acertado. Fue una experiencia asombrosa. Benedicto fue simplemente la persona más inteligente que he conocido", concluyó.