Luego se coordinó la atención a la prensa que llegaría del Vaticano, la prensa internacional y la mexicana.
"Se creó la web del viaje, la cuenta de Twitter, Facebook, Snapchat e Instagram, había gente coordinando cada área y eso ayudó a tener un despliegue razonable. Fue una experiencia increíble para mí", resaltó el sacerdote mexicano.
Tras las planificaciones y la implementación de un edificio de cuatro pisos para las comunicaciones en León, en el estado de Guanajuato, el P. Camacho volvió a Roma en enero para seguir ajustando las coordinaciones, para "transmitir de la mejor forma el mensaje del Papa Benedicto XVI".
El servicio de la Iglesia en México a Benedicto XVI
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"En todo esto, uno de los puntos que ayudó mucho fue unirnos como Iglesia, a ver la capacidad que tenemos, a no sentirnos menos ante los grandes medios, a reconocer que la Iglesia puede ser muy profesional y que cubre mejor esto que los medios convencionales", reflexionó el sacerdote mexicano.
"Pudimos trabajar con mucho entusiasmo y con mucho profesionalismo, por los demás y para todos. No lo hacíamos por dinero ni protagonismo, sino para servir. El P. Lombardi estaba muy agradecido por todo lo realizado", resaltó.
La experiencia, dijo el P. Camacho, fue casi "mi doctorado en comunicación. Ahí de veras aprendí como nunca, aunque he estudiado, pero nunca a esos niveles".
¿Cómo era Benedicto XVI?
"Lo tuve cerca, era un Papa muy tímido, callado, pero muy cercano, recuerdo sus palabras, gestos y miradas. Fue algo muy padre tener esa experiencia", dijo el sacerdote a ACI Prensa.
Sobre lo que Benedicto XVI dejó como legado en México, el P. Camacho resaltó su respuesta ante el escándalo de los abusos sexuales.