El Papa Francisco celebró este 24 de diciembre la Misa de Nochebuena en la Basílica de San Pedro, desde donde animó a mirar el pesebre, signo con el que Cristo entró en el mundo, para volver a encontrar el sentido de la Navidad.
El Santo Padre presidió desde la basílica vaticana la Eucaristía con la que se celebró el nacimiento del Salvador. La Misa, concelebrada con cardenales y obispos, comenzó a las 7:30 p.m. hora de Roma.
Como es tradición, la celebración comenzó con el canto de la Calenda, el Anuncio de Navidad, que relata brevemente la historia de la humanidad, que espera el nacimiento de Cristo para ser salvada.
Una vez culminado, fue develada la imagen del Niño Jesús que está ubicada frente al altar, la cual estuvo rodeada por niños de varios países y acompañada por el sonido de las campanas.
Luego del salmo y las dos lecturas –una leída en español y la otra en inglés–, se proclamó el Evangelio de San Lucas que narra que en aquel tiempo el emperador romano César Augusto ordenó un censo, que motivó que José y María tuvieran que viajar de Nazaret a Belén, donde se cumplió el tiempo de embarazo y nació Jesús.
La homilía del Papa Francisco