Un grupo de arqueólogos afirma haber encontrado la tumba de Salomé, la mujer que, según algunos relatos apócrifos, asistió a la Virgen María durante el alumbramiento de Jesús.
El descubrimiento se dio a 35 kilómetros al suroeste de Jerusalén, durante los trabajos de acondicionamiento del bosque de Lachish para su acceso público.
En el lugar se encontró una cueva y un gran patio de 250 metros cuadrados cercado por muros, el cual habría funcionado como entrada del nicho de una importante familia judía de hace 20 siglos.
En las paredes de la cueva se aprecian algunas cruces e inscripciones en griego y árabe que evidencian que se trataría de una antigua capilla consagrada a Salomé.
Según el evangelio apócrifo de Mateo, Salomé fue una de las dos parteras de Belén que llegó hasta el pesebre para ayudar a la Virgen María durante el nacimiento de Jesús. Sin embargo, deslumbrada por un resplandor en el momento exacto del alumbramiento, no se atrevió a entrar.
A pesar de esto, continúa el relato apócrifo, Salomé dudó de la virginidad de María. Por esta razón, su mano quedó seca y solo fue curada luego de adorar al niño Jesús.