Este viernes se cierra la fase diocesana de los procesos de beatificación de 140 sacerdotes y laicos asesinados en España durante la persecución religiosa del primer tercio del siglo XX. Entre ellos, el cura que escondió el cuerpo de San Isidro para que no fuera profanado.
Se trata de tres causas que agrupan a 61 sacerdotes diocesanos de Madrid, a 71 laicos y 8 miembros de la Asociación Católica de Propagandistas, asesinados todos ellos durante el genocidio religioso desatado durante la II República española y la Guerra Civil.
Estas causas están promovidas por la Archidiócesis de Madrid, la Diócesis de Getafe, la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), la Acción Católica de Madrid y la Acción Católica de Getafe.
La persecución religiosa de aquellos años “fue la más sangrienta sufrida por la Iglesia en nuestra patria, aunque no la mayor de la historia; sí, tal vez, la más intensa”, según el Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino.
Sólo en los últimos 5 meses de 1936, iniciada la guerra se martirizaron más de 7.500 sacerdotes. Sin embargo, puntualiza el Prelado, “no se trata propiamente de ‘mártires de la guerra’, como se dice a veces. Son más bien mártires de la persecución revolucionaria” antes y después de la guerra.
Entre los candidatos a beatos cuya fase diocesana se cierra ahora en Madrid, hay muestras abundantes de la cruenta persecución.