VATICANO,
El Papa Francisco continuó este miércoles con su ciclo de catequesis sobre el discernimiento y explicó el significado de la consolación espiritual, "una experiencia profunda de alegría interior, que consiente ver la presencia de Dios en todas las cosas".
A continuación, las palabras del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Después de haber considerado algunos aspectos de la desolación, hablamos hoy de la consolación, la luz del alma, otro elemento importante para el discernimiento, y que no debe darse por descontado, porque se puede prestar a equívocos. Debemos de entender qué es la consolación, igual que hemos entendido qué es la desolación.
¿Qué es la consolación espiritual? Es una experiencia profunda de alegría interior, que consiente ver la presencia de Dios en todas las cosas; esta refuerza la fe y la esperanza, y también la capacidad de hacer el bien. La persona que vive la consolación no se rinde frente a las dificultades, porque experimenta una paz más fuerte que la prueba. Se trata por tanto de un gran don para la vida espiritual y para la vida en su conjunto. Vivir esta alegría interior.
La consolación es un movimiento íntimo, que toca lo profundo de nosotros mismos. No es llamativa sino suave, delicada, como una gota de agua en una esponja (cfr S. Ignacio de L., Ejercicios espirituales, 335): la persona se siente envuelta en la presencia de Dios, siempre de una forma respetuosa con la propia libertad. Nunca es algo desafinado, que trata de forzar nuestra voluntad, tampoco es una euforia pasajera: al contrario, como hemos visto, también el dolor, por ejemplo, por los propios pecados puede convertirse en motivo de consolación.