LA HABANA,
La Conferencia de Obispos Católicos Cubanos (COCC), publicó ayer un pronunciamiento en el que expresa su preocupación por las recientes medidas tomadas en Estados Unidos para endurecer el embargo a la Isla y la reacción de las autoridades locales para "paliar el efecto de las anteriores".
Este mes se presentó ante el Presidente George W. Bush un paquete de medidas para intensificar las sanciones económicas contra Cuba para agilizar la transición política en la isla. Éstas incluyen limitar los envíos de remesas, espaciar los viajes familiares y reforzar las investigaciones sobre los que negocian con Cuba.
Poco después, La Habana convocó a una marcha de repudio y aumentó en un 15 por ciento los precios de los productos en dólares y de la gasolina.
Los obispos sostienen que les duele “constatar que las medidas anunciadas por los Estados Unidos y las tomadas por el gobierno cubano, afectan directa o indirectamente, a las familias más pobres de nuestro pueblo”.
“Reiteramos nuestra postura de rechazo a las sanciones económicas que en Estados Unidos son llamadas embargo y en Cuba bloqueo”, expresaron los prelados y recordaron que “las familias cubanas, lugar de reconciliación y diálogo en medio de nuestra realidad, son especialmente perjudicadas, pues a las dificultades y agobios de todos conocidos se añaden nuevas privaciones y cargas que vienen a recrudecer su ya angustiosa situación y a agravar la separación de quienes viven en Cuba y en Estados Unidos”.
“Todo esto –añadieron– en un momento en el que se necesita paz, diálogo, reconciliación, unión y esperanza para revitalizar la institución familiar y poner el bien de la misma por encima de prejuicios políticos o ideológicos”.