VATICANO,
El Papa Juan Pablo II recordó que con su pasión y muerte, Cristo Redentor, vence el antiguo duelo entre el bien y mal, abriendo las puertas de la salvación eterna.
En la audiencia general de esta mañana celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa reflexionó el cántico de los capítulos 11 y 12 del Apocalipsis, titulado “El juicio de Dios”.
Ante unos 15 mil peregrinos, el Santo Padre explicó que los 24 ancianos de la corte celestial que lo entonan, “representan a todos los justos de la Antigua y de la Nueva Alianza. Adoran al Dios soberano del mundo y de la historia, dispuesto a instaurar su reino de justicia, de amor y de verdad”.
“En esta oración se siente latir el corazón de los justos que esperan la venida del Señor para hacer más luminosa la historia de la humanidad, con frecuencia inmersa en las tinieblas del pecado, de la injusticia, de la mentora y de la violencia”, indicó.
Asimismo, señaló que en este canto se “exalta el juicio justo y resolutivo del Señor sobre toda la historia humana. Dios es juez, pero también salvador; condena el mal, pero recompensa la fidelidad; es justo, pero sobre todo misericordioso”.
En el capítulo 12, precisó, se narra “el duelo ente el bien y el mal, entre la Iglesia y Satanás, y de repente resuena una voz celestial que anuncia la destrucción del ‘Acusador’”. Este “ponía en duda la sinceridad de la fe de los justos. Ahora, el dragón satánico es obligado a callar y el origen de su derrota es ‘la sangre del Cordero’, la pasión y la muerte de Cristo redentor”.