Jóvenes rezan para que Cuba sea transformada a través del amor

"En estos días su Iglesia en algunos de sus buenos pastores ha sido nuevamente condenada, atacada, repudiada por el simple hecho de defender la verdad. Una vez más la palabra de Dios cobra sentido y actualidad, las mismas caras de odio de los judíos gritando ¡crucifícalo! las hemos visto sin necesidad de viajar en tiempo o de hacer un gran esfuerzo imaginativo literario", añadió.

Ante ello, señaló, "una vez más hemos de decir como el cordero en la cruz: 'Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen'"; porque "es en la hora de la prueba donde se muestra la verdadera fe" y la "capacidad de perdonar setenta veces siete".

"Es ahora donde la Iglesia no puede fallar, no puede flaquear", se afirmó durante la jornada de oración.

"Una Iglesia unida y en comunión que es fortalecida por la sangre derramada de un Dios que es Rey y que vive resucitado en cada uno de sus miembros se convierte así en una Iglesia que nunca callará ante la injusticia, que nunca cederá ante el temor y que, a pesar de la injuria, del ultraje y del agravio sigue en pie con la cabeza en alto gritando más fuerte que nunca: ¡Viva Cristo Rey!", se expresó durante la reflexión.

En la cuenta de Facebook de la diócesis, el diácono Gómez afirmó que la jornada del 3 de noviembre fue "una experiencia de oración donde todos pudimos experimentar la presencia del Espíritu Santo que no nos abandona".

"Sigamos rogando incansablemente, para que con la gracia de Dios entendamos que el camino es el amor, para que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba como expresó San Juan Pablo II en su visita a nuestra tierra", en enero de 1997, indicó.