La Iglesia Católica conmemora cada 2 de noviembre, un día después de la Solemnidad de Todos los Santos, a los fieles difuntos. En algunos países, como México, se conoce a esta fecha como el “Día de Muertos”.
Esta conmemoración, explica el P. José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, incluye "a todos aquellos que han dejado este plan terreno, pero aún se encuentran purificando antes de llegar a la presencia de Dios".
“A ellos se les conoce popularmente como las ánimas benditas del purgatorio”, precisó en un video publicado en su canal de YouTube.
El P. Aguilar indicó que “tanto la Virgen María y los santos como los que aún vivimos en esta tierra podemos ofrecer oraciones” por los fieles difuntos que se encuentran en el purgatorio, preparándose para entrar plenamente al cielo.
El numeral 1030 del Catecismo de la Iglesia Católica explica así la situación de quienes se encuentran en el purgatorio: “Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo”.
En el numeral 1032, el Catecismo recuerda que “desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico, para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos”.