El Papa San Juan Pablo II rehabilitó hace 30 años al científico Galileo Galilei, que había sido condenado a cadena perpetua en 1633 como sospechoso de herejía por defender las teorías copernicanas sobre la configuración del universo.
En noviembre de 1979, Juan Pablo II se dirigía a los miembros de la Pontificia Academia para la Ciencia que conmemoraba el primer centenario del nacimiento de Albert Einstein.
De manera inesperada, el Papa no centró su intervención en el autor de la Teoría de la Relatividad, sino en otro científico que fue señalado por la Iglesia Católica siglos atrás y cuyo caso había sido objeto de controversia a lo largo de los siglos.
El coordinador del Departamento de Historia de la Iglesia de la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Andrés Martínez Esteban, explica que el Papa polaco "dió un paso que sorprendió a propios y extraños".
Juan Pablo II pidió que se estudiara el caso Galileo para que se pudieran reconocer "los desaciertos vengan de la parte que vinieren" y así se acabara con los recelos que suscitaba "contra la concordia provechosa entre ciencia y fe, entre Iglesia y mundo".
En 1982, se creó una comisión y más de 10 años después, en 1992, sus integrantes presentaron sus conclusiones al Papa, que el 31 de octubre rehabilitó a Galileo.