Mons. Charles Pope, sacerdote de la Arquidiócesis de Washington (Estados Unidos), ofreció algunos consejos para ayudar a vencer el orgullo y cultivar la humildad.
El sacerdote recordó el pasaje bíblico en el que Jesús dirige una parábola a los que "se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás".
En la parábola, Cristo describe los modos distintos y opuestos de rezar del fariseo y del publicano, donde el primero agradece a Dios por "no ser como los demás hombres" y el segundo pide compasión por su pecado y queda "justificado".
"El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: '¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador'", dice el Evangelio.
Al respecto, el sacerdote recordó que "el pecado más grande de todos es el orgullo".
Explicó que los que tienen la actitud de los fariseos "están convencidos de su propia justicia", al punto que tienen la "ilusión de que son capaces de justificarse y salvarse a sí mismos".