El P. Ignacio María Doñoro, misionero español en el Perú da a besar cada día una cruz a las decenas de niños que recoge en su Hogar Nazaret de Perú. Esa cruz fue un regalo de Juan Pablo II al Arzobispo de Pamplona (España), Mons. Francisco Pérez.
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El presidente de la Comisión Episcopal para las Misiones y la Cooperación con las Iglesias de la Conferencia Episcopal Española, explicó el periplo de la cruz pectoral que San Juan Pablo II le regaló al ordenarle obispo el mismo Papa el día de Reyes Magos de 1996.
Lo hizo durante la entrega de los primeros premios Beata Pauline Jaricot y Beato Paolo Manna otorgados por Obras Misionales Pontificias en España a los misioneros P. Pier Luiggi Maccalli y Hermana Gloria Cecilia Narváez y a la expresidenta de Manos Unidas Ana Álvarez de Lara.
Tras la entrega de los galardones, el prelado español recordó las tres enseñanzas que recibió de San Juan Pablo II en un breve encuentro que mantuvieron con motivo de su ordenación episcopal, hace 26 años.
La primera lección versó sobre la disponibilidad, la misma que tienen los misioneros. "Yo tenía 47 años y entonces me preguntó: ¿Está disponible donde quiera la Iglesia? Entonces, le dije: Sí, con la gracia de Dios", recordó Mons. Pérez.