Al presidir el rezo del Ángelus este domingo 23 de octubre frente a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco advirtió sobre el "orgullo" espiritual, "que nos lleva a despreciar a los demás".
El Santo Padre reflexionó sobre "el Evangelio de la liturgia de hoy", que "nos presenta una parábola que tiene dos protagonistas, un fariseo y un publicano", en Lucas 18, 9-14, "es decir, un hombre religioso y un pecador en toda regla".
"Ambos suben al templo a rezar, pero solo el publicano sube verdaderamente a Dios, porque con humildad desciende a la verdad de sí mismo y se presenta tal como es, sin máscaras, con su pobreza", señaló.
"Podríamos decir, entonces, que la parábola está entre dos movimientos, expresados por dos verbos: subir y bajar", indicó.
El Santo Padre señaló que "el primer movimiento es subir. De hecho, el texto comienza diciendo: 'Dos hombres subieron al templo a orar'".
"Este aspecto recuerda muchos episodios de la Biblia, donde para encontrarse con el Señor se sube al monte de su presencia: Abraham sube al monte para ofrecer el sacrificio; Moisés sube al Sinaí para recibir los mandamientos; Jesús sube al monte, donde se transfigura".