7 datos clave sobre J.R.R. Tolkien y El Señor de los Anillos

3. ¿El Señor de los Anillos tiene un origen católico?

El propio Tolkien respondió a esta pregunta en una carta al sacerdote jesuita Robert Murray: "'El Señor de los Anillos' es por supuesto una obra fundamentalmente religiosa y católica; inconscientemente al principio, pero conscientemente en la revisión"

El autor de El Señor de los Anillos añadió: "Por eso no he incluido, o he suprimido, prácticamente todas las referencias a algo parecido a 'religión', a cultos o prácticas, en el mundo imaginario. Porque el elemento religioso se absorbe en la historia y el simbolismo".

4. ¿Con qué personajes de El Señor de los Anillos se identificaba más Tolkien?

Tolkien lo dejó claro en una de sus cartas: "Soy de hecho un Hobbit (en todo menos en el tamaño). Me gustan los jardines, los árboles y las tierras agrícolas no mecanizadas; fumo una pipa y me gusta la buena comida sencilla (sin refrigerar)".

5. ¿Qué pensaba Tolkien de la Eucaristía?

En una carta a su hijo Michael, Tolkien asegura: "La única cura para la fe floja o desfalleciente es la Comunión".

Luego resaltó: "Aunque siempre en sí mismo, perfecto, completo e inviolable, el Santísimo Sacramento no opera completamente y de una vez por todas en ninguno de nosotros. Como el acto de fe, debe ser continuo y crecer por el ejercicio. Siete veces a la semana es más nutritivo que siete veces a intervalos".

6. ¿Cuál es el orden correcto de El Señor de los Anillos?

Aunque se publicó en tres volúmenes, El Señor de los Anillos está pensado como una obra completa. El orden de los volúmenes es: La Comunidad del Anillo, Las Dos Torres y El Retorno del Rey.

7. ¿Qué significado le dio Tolkien al Anillo de Sauron?

Tolkien explicó en otra de sus cartas que el Anillo de Sauron “es solo uno de los diversos tratamientos míticos de la colocación de la vida o el poder de uno en algún objeto externo, que está así expuesto a la captura o destrucción con resultados desastrosos para uno mismo".

"Si tuviera que 'filosofar' este mito, o al menos el Anillo de Sauron, diría que es una forma mítica de representar la verdad de que la potencia (o quizás más bien la potencialidad) si se va a ejercer y producir resultados, tiene ser externalizado y, por así decirlo, pasa, en mayor o menor grado, fuera del control directo de uno. Un hombre que desea ejercer 'poder' debe tener súbditos que no sean él mismo. Pero luego depende de ellos", advirtió Tolkien.