Como respuesta a los 48 congresistas “católicos” que enviaron una carta al Cardenal Theodore McCarrick advirtiendo “repercusiones” por prohibir la Comunión a los políticos abortistas, la organización American Life League (ALL) publicó un mensaje donde reafirma que “las enseñanzas de la Iglesia sobre el aborto son muy claras” y explica que en el fondo estos legisladores “no entienden la misma fe que proclaman”.
El mensaje –firmado por la presidenta de ALL, Judie Brown– resalta que “es desagradable que estos congresistas católicos intenten tomar a Cristo como rehén en lo que claramente ha sido una velada amenaza contra la jerarquía de la Iglesia. Esto nunca ha sido, y nunca debe ser una cuestión de política. Es cuestión de la obediencia que se requiere de todos para ser buenos católicos, sin importar el partido al que pertenecen, su trabajo o sus ‘criterios personales’”.
“Esta carta manifiesta claramente que estos diputados católicos carecen de un completo entendimiento de la misma fe que proclaman. Advierten que proteger la Comunión de un reconocido sacrilegio ‘será contraproducente y traerá gran daño a la Iglesia’. No hay nada más dañino para la Iglesia que permitir conscientemente que el Cuerpo y la Sangre de Cristo sean profanados y perpetuar la mentira que se puede ser católico y apoyar el aborto”, agrega Brown.
La carta de ALL explica que “las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre el aborto son muy claras y han sido explícitas durante dos mil años: el aborto es un ‘intrínseco mal moral’ que nunca puede ser apoyado”; y recordó que “en abril de 2003, el Papa Juan Pablo II reiteró en su encíclica Ecclesia de Eucharistia que los que muestran una ‘conducta externa repetida categóricamente contraria a la norma moral’ no están en comunión plena con la Iglesia y deben ser prohibidos de la Comunión”.
“Entonces no importa mucho lo que estos congresistas ‘sienten’. La postura de la Iglesia sobre esta materia es muy clara”, añadió Brown.
Finalmente, el mensaje aclara que “el reclamo por los obispos que hacen cumplir las enseñanzas de la Iglesia” culpándolos de “aumentar el ‘latente prejuicio anti-católico’ es una forma evidente de fanatismo anticatólico que el Cardenal McCarrick no debería tolerar”.