El P. Mauro Carlorosi, experto en la Divina Misericordia y sacerdote del Oratorio de San Felipe Neri en Argentina, relató cómo sufría y qué hacía Sor Faustina Kowalska cuando, siendo niña, no podía ir a Misa los domingos.
“Sor Faustina siempre creyó en Dios pero no iba a Misa el domingo, pero no porque no quisiera sino por la extrema pobreza”, explicó el sacerdote en declaraciones a EWTN Noticias en relación a la Apóstol de la Divina Misericordia, cuya fiesta la Iglesia Católica celebra el 5 de octubre.
El P. Carlorosi precisó que la extrema pobreza de la familia, conformada por ocho hermanos, hacía que las niñas solo tuvieran un vestido y que este fuera compartido por todas.
“Cuando el vestido no le tocaba a ella no podía salir y así no iba a Misa. Sufría su corazón y se escondía en un rincón de la casa a hacer sus oraciones al mismo momento en que era la Misa”, dijo el sacerdote argentino.
Los domingos que eso pasaba, continuó, Faustina Kowalska se quedaba “en su casita, que estaba a un kilómetro de la iglesia, rezando con un devocionario o repitiendo las oraciones que sabía porque apenas sabía leer y escribir”.