LIMA,
El 1 de octubre es la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús, Doctora de la Iglesia y Patrona de las misiones, quien en un momento especial abrió la Biblia y encontró un pasaje que le cambió la vida.
Cuenta la propia Santa en uno de sus escritos que “teniendo un deseo inmenso del martirio, acudí a las cartas de San Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios”.
En ese momento, leyó “que no todos pueden ser al mismo tiempo apóstoles, profetas y doctores, que la Iglesia consta de diversos miembros y que el ojo no puede ser al mismo tiempo mano”.
No obstante, Santa Teresita señaló que esto no fue suficiente para la paz que buscaba y sin desanimarse continuó leyendo lo que seguía en esos dos capítulos.
“El Apóstol, en efecto, hace notar cómo los mayores dones sin la caridad no son nada y cómo esta misma caridad es el mejor camino para llegar a Dios de un modo seguro. Por fin había hallado la tranquilidad”.
Seguidamente Teresita cayó en la cuenta sobre “el cuerpo místico de la Iglesia” y explicó que no se había reconocido en ninguno de sus miembros porque quería verse en todos ellos y para ello debía ser el más necesario.