Con votos que no llegan al 50% del padrón, aprueban en Cuba polémico Código de Familia

Pero también, indicó, "hay que tener en cuenta que este proceso social que llamamos la revolución cubana pierde cada vez más adeptos".

Explicó que hay personas que se sienten cada vez más ajenas a la revolución que tomó el poder en 1959 y "por tanto ya no se siente con esa presión de tener que ir a cumplir algo que el gobierno quiere"

"Por tanto, yo pienso también que la abstención muestra un poco el desapego, la distancia cada vez más profunda que hay entre la vida que quiere este pueblo y la propuesta con la que insiste el gobierno", señaló.

Asimismo, indicó que también existe "la indefensión" que hay entre personas que han comentado "¿para qué voy a ir a votar si va a salir que sí?".

"Esta indefensión, que es muy fuerte y muy profunda en este pueblo, ha salido el convencimiento de que no vale la pena porque no va a pasar nada, porque el gobierno se va a salir con la suya, porque da igual lo que hagamos", explicó.

Sin embargo, dijo que esta "teoría" se "ha roto porque entre las personas que votamos que no y aquellos que no fueron a votar, es más del 50%".

"Por tanto, en realidad, aunque haya salido el sí o el gobierno haya dicho que salió el sí, esto no se sabrá nunca la verdad completa. En realidad el sí, como quiera que sea, no llegó al 50% de la población, por tanto en realidad sí hemos logrado alzar la voz y hemos logrado demostrar que sí podemos hacer algo por cambiar las cosas", afirmó.

Cuestionamientos al nuevo Código de las Familias

En sus declaraciones a EWTN Noticias, el P. Reyes recordó que este nuevo Código, que reemplaza al de 1975, fue cuestionado por los obispos cubanos sobre todo en cinco puntos, los cuales son la implantación de la ideología de género; el "principio de autonomía progresiva", que "implica que menores de edad, sin el consentimiento de sus padres, puedan asumir criterios clínicos quirúrgicos irreversibles como puede ser el cambio de sexo".

También está la adopción de niños por personas del mismo sexo, los llamados vientres de alquiler y la deformación del concepto de familia al igualar la unión de hombre y mujer con cualquier tipo de unión.

El P. Alberto Reyes señaló que durante el periodo previo al referendo, el gobierno desplegó una gran campaña mediática a favor del sí, sin que hubiera "posibilidad de expresar opiniones defendiendo el no"; lo cual "también ha generado mucho disgusto entre la gente".