El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, considera que "el rico es el rico a costa del pobre, porque tiene lo suyo y lo ajeno. Y el pobre es el pobre por culpa del rico, que no se inclina ni se acerca al pobre para ayudarle".
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Así lo ha expresado en su última carta semanal el Prelado que explica que el mal reparto de la riqueza en el mundo "no es fruto del azar ni de la casualidad", sino que procede "del egoísmo que alimenta la injusticia y retiene para sí lo suyo y lo ajeno en una espiral creciente".
Mons. Fernández denuncia el hecho de que el 80% de la riqueza del mundo esté en manos del 20% de la población mundial y señala que quienes la disfrutan no son "culpables", pero sí "responsables de cambiar esta situación por un mundo más justo y mejor repartido".
Por otro lado, el Obispo de Córdoba propone que no se valoren los bienes materiales "sólo con la perspectiva de este mundo", ya que la perspectiva correcta es la de "la otra vida" a la luz de la cual "entendemos nuestra vida cotidiana aquí en la tierra".
El Prelado explica que "los pobres tienen más facilidad para confiar en Dios, para esperar en él", por lo que las calamidades que les suceden "pueden merecer una situación eterna de felicidad, si se viven confiados en Dios".