Caminando por la famosa calle romana de Vía dei Coronari, un gran cartel anunciaba que las reliquias del Padre Pío serían expuestas en la Iglesia de San Salvatore in Lauro, el hogar de este santo en la capital italiana.
Esta iglesia es también un importante núcleo de difusión de la espiritualidad del Santo de Pietrelcina, ya que es el punto de encuentro de los grupos de oración del Padre Pío en la diócesis de Roma.
Además, cada 23 de septiembre se organizan celebraciones especiales en las que cada creyente presente en el santuario es bendecido con el manto que perteneció al Padre Pío.
Sus reliquias son expuestas durante 10 días antes de esta celebración, preparada también con una solemne novena que finaliza con una procesión hasta Piazza Navona.
Entre las reliquias más importantes que se pueden contemplar, visitadas por numerosos fieles peregrinos, es la sangre de sus estigmas, recogida por el hijo espiritual del Padre Pío, Carlo Campanini, mientras el santo celebraba Misa.