VATICANO,
Al término de la Audiencia General, el Papa Francisco denunció, una vez más, la terrible situación que vive "la martirizada Ucrania", desde que el pasado 24 de febrero fue invadida por el ejército ruso.
Ante los miles de fieles peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco recordó que el Cardenal Konrad Krajewski, el limosnero del Papa, se encuentra en el país en guerra.
El Santo Padre explicó que el Purpurado le llamó por teléfono desde Odessa, ciudad ucraniana donde el cardenal ha llevado ayuda humanitaria.
"Me ha hablado del dolor de este pueblo, las acciones salvajes, las monstruosidades, los cadáveres torturados que encuentran. Unámonos a este pueblo tan noble y mártir", dijo el Papa con semblante serio y preocupado.
El presidente de Ucrania, Vlodímir Zelensky, aseguró el pasado jueves que "Rusia debe rendir cuentas por las muertes ocurridas" y dijo que se han encontrado grandes cantidades de cuerpos que fueron torturados, un hecho que siguen negando desde Rusia.
"El mundo debe responsabilizar a Rusia por esta guerra. Haremos todo lo posible para que eso suceda", sentenció.