VATICANO,
En la Audiencia General de este miércoles 21 de septiembre, el Papa Francisco reflexionó acerca de su viaje a Kazajistán, donde estuvo desde el 13 hasta el 15 de septiembre.
A continuación, la catequesis completa del Papa Francisco:
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
La semana pasada, desde el martes hasta el jueves, estuve en Kazajistán, amplísimo país de Asia central, con ocasión del séptimo Congreso de los Líderes de las religiones mundiales y tradicionales. Renuevo al señor presidente de la República, y a las otras autoridades de Kazajistán mi gratitud por la cordial acogida que me ha sido reservada y por el generoso empeño profuso en la organización. Así también doy las gracias de corazón a los obispos y a todos los colaboradores por el gran trabajo que han hecho, y sobre todo por la alegría que me han dado por poder encontrarles y verles a todos juntos.
Como decía, el motivo principal del viaje fue participar en el Congreso de los Líderes de las religiones mundiales y tradicionales. Esta iniciativa se lleva adelante desde hace veinte años por las autoridades del país, que se presenta al mundo como lugar de encuentro y de diálogo, en este caso a nivel religioso, y por tanto como protagonista en la promoción de la paz y de la fraternidad humana. Ha sido la séptima edición de este congreso: un país que tiene 30 años de independencia, ha hecho ya 7 ediciones de estos congresos, uno cada tres años.
Esto significa poner las religiones en el centro del compromiso para la construcción de un mundo en el que nos escuchamos y nos respetamos en la diversidad. Y esto no es relativismo, no: es escuchar y respetar. Y esto hay que reconocérselo al gobierno kazajo que, tras haberse liberado del yugo del régimen ateo, propone ahora un camino de civilización que mantiene unidos política y religión, sin confundirlas ni separarlas, condenando claramente fundamentalismos y extremismos. Es una posición equilibrada y de unidad.