El juicio que el gobierno chino iniciará contra el Cardenal Joseph Zen, Obispo Emérito de Hong Kong, abrirá "una nueva fase" en las relaciones del Vaticano con el país asiático, las cuales siguen siendo "delicadísimas" a cuatro años del acuerdo firmado en 2018, afirmó un experto.
Marco Respinti, director responsable de la revista Bitter Winter, especializada en libertad religiosa y derechos humanos, afirmó en entrevista con el medio Interris.it que "las relaciones continuarán siendo obviamente delicadísimas, pero seguro que el proceso abre una nueva fase".
El juicio contra el Purpurado debía comenzar ayer lunes y culminar con un veredicto el viernes 23. Sin embargo, ha sido aplazado porque la jueza a cargo ha contraído el COVID-19.
El Obispo Emérito de 90 años, junto con otras personas, es acusado de no haber registrado civilmente la sociedad Fondo Ayuda Humanitaria 612, que brindaba apoyo legal y económico a activistas prodemocracia de Hong Kong.
El experto recordó que Hong Kong está "de facto bajo el régimen chino" y señaló que el Cardenal va a ser enjuiciado "por una nueva, risible y falsa acusación de sedición, en un contexto donde el Estado de derecho está ausente y la arbitrariedad es absoluta".
Un juicio así "es inadmisible", dijo Respinti, e indicó que bajo el régimen comunista "nadie puede decir nada".