MADRID,
Con motivo del quinto centenario de la muerte de la Reina Isabel I, la Junta de Castilla y León y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales están promocionando la exposición artística “Isabel la Católica. La magnificencia de un reinado”, en sus tres sedes de Valladolid, Medina del Campo y Madrigal de las Altas Torres –donde nació y vivió Isabel la Católica hasta los tres años–.
El comisario del evento, Fernando Chueca, destacó la variedad de estilos que caracterizan las piezas seleccionadas para esta exposición que ensalza el esplendor del reinado isabelino.
Los objetos expuestos no se reducen sólo al gótico tardío, sino que incluyen también el nazarí y el mudéjar. Las piezas elegidas son muy variadas e incluyen objetos de la vida palaciega, corazas, armaduras, cálices, pinturas, tapices, documentos e indumentaria. Para Chueca, el hecho de que la corte fuera itinerante se traduce en la ligereza de algunos objetos decorativos, que a pesar de su reducido tamaño son extremadamente gráciles y refinados.
En la iglesia del Monasterio del Prado (Valladolid), se advierte el poder que alcanzaron en el reinado de Isabel de Castilla destacados miembros de la nobleza, como los Mendoza o los condestables de Castilla, además del Cardenal Cisneros. La austeridad del Purpurado contrasta con el interés que demostró por las artes, que promovió a través del mecenazgo.
Según Chueca, el impulso que recibió el humanismo en esta época no se sustrajo nunca al influjo del cristianismo.
Asimismo, señaló que la impronta flamenca se refleja en tapices de la colección real, como los que componen Las moralidades: Natura o La Virtud de los Honores o Scriptura o Exhortación a las Virtudes.