En 2005, cuando era sacerdote pero aún no se convertía en Obispo de Matagalpa, el entonces P. Rolando Álvarez dio su testimonio sobre lo sufrido en 1983 por el Papa San Juan Pablo II en Nicaragua, país centroamericano que hoy sufre la dictadura de Daniel Ortega.
Rolando Álvarez es el actual Obispo de Matagalpa y sufre la persecución de la dictadura de Ortega y su esposa, Rosario Murillo, en el poder desde hace 14 años gracias a elecciones que han sido calificadas por muchos como fraudulentas.
Las críticas del Prelado le han valido estar en prisión domiciliaria en casa de sus padres en Managua, mientras que otros sacerdotes están secuestrados en la cárcel de torturas El Chipote.
El 7 de febrero de 1996, en su segundo viaje a Nicaragua, San Juan Pablo II se refirió a la visita que hizo en 1983: "Recuerdo la celebración de hace trece años; tenía lugar en tinieblas, en una gran noche oscura", dijo el Papa peregrino en una Misa.
El 4 de marzo de 1983, Juan Pablo II tuvo que hacer frente a un viaje con muchas complicaciones en la Nicaragua sandinista y al borde de la guerra civil, también bajo el liderazgo entonces de Daniel Ortega, que era el coordinador de la junta de gobierno y que fustigó al Pontífice en más de una ocasión.
Tal vez el momento de mayor tensión fue el que se vivió en la Misa en el Parque 19 de julio en Managua, en el que los sandinistas gritaban, también con micrófonos conectados al sistema de sonido usado para la Eucaristía, lemas a favor de su causa.