ROMA,
Al dirigirse a 800 superioras Generales de congregaciones religiosas reunidas en Roma, el Prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada, Mons. Franc Rodé, resaltó que el origen de la vida consagrada está en la santidad.
“Debemos escuchar el llamado de nuestros tiempos dando un verdadero testimonio de vida”, pidió Mons. Rodé a las religiosas convocadas con ocasión de la Asamblea de la Unión Internacional de las Superioras Religiosas (UISG).
El Prelado señaló que el origen de la vida consagrada está en la santidad y recordó que las fundadoras y los fundadores han sabido y querido "responder a necesidades concretas de la vida de la Iglesia".
"Han visto un problema en la Iglesia y en la sociedad de su época y han tratado de resolverlo. Estaban convencidos de que con la gracia de Dios podían actuar", indicó el recientemente nombrado Prefecto del dicasterio vaticano. "En la vida, pues, de los fundadores y de los discípulos las dificultades aparecen, se confrontan, y se vencen y se superan con santo dinamismo", agregó.
La “fe en la posibilidad de cambiar” debe inspirar también a la vida consagrada en el momento histórico actual, en el que “el ocaso” plantea “preguntas importantes” sobre el futuro de muchas Congregaciones, sobre todo en Europa, donde se presentan situaciones numéricas “trágicas”, afirmó el Prelado y exhortó a “escuchar el llamado del tiempo como lo escucharon los fundadores”.
Asimismo, Mons. Rodé se refirió a los votos religiosos y explicó que “con el estilo de nuestra vida (de pobreza) hemos de contrarrestar la obsesión actual de la riqueza y de la comodidad. Con la obediencia contrarrestamos la obsesión de una autonomía absoluta y una libertad sin normas. Con la castidad contrarrestamos la obsesión de la sexualidad en la que vive tanta gente con una sensación de vacío".