Hoy se recuerda un aniversario más de la consagración solemne del mundo a la Divina Misericordia, realizada por el Papa San Juan Pablo II el 17 de agosto de 2002 en Polonia.
La consagración se dio tras consagrar también el Santuario Mundial de la Divina Misericordia en la localidad de Lagiewniki, en las afueras de Cracovia.
El lugar está muy cerca del convento donde falleció Santa Faustina Kowalska, la Apóstol de la Divina Misericordia a quien Jesús le confió la difusión de esta devoción y el rezo de la coronilla de la Divina Misericordia.
La consagración a la Divina Misericordia
En la homilía de la Misa que presidió aquel 17 de agosto de 2002, Juan Pablo II dijo que hacía la consagración “con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado aquí a través de Santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene su corazón de esperanza”.
“Ojalá se cumpla la firme promesa del Señor Jesús: de aquí debe salir ‘la chispa que preparará al mundo para su última venida’”, resaltó entonces el Papa peregrino.