TURÍN,
Este miércoles 16 de agosto se cumplen 208 años del nacimiento de San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, quien tuvo luchas frontales contra el diablo y quien, gracias a ello, dio algunos consejos a sus jóvenes seguidores para espantarlo.
En las Memorias biográficas, conjunto de 20 tomos en los que los salesianos recopilaron la vida y obra de su fundador con historias contadas por él mismo, se narra que el santo se enfrentó en diferentes momentos al demonio.
Don Bosco, siendo ya sacerdote e iniciando su obra por los jóvenes, al irse a acostar escuchaba ruidos en el techo, como si rodaran piedras grandes sobre la madera. Al principio puso trampas pensando que eran ratas, pero al subir por la mañana encontraba todo igual. Entonces habló con San José Cafasso, su confesor y actual patrono de las cárceles italianas.
Don Cafasso le aconsejó que rociara agua bendita en el desván. No obstante, los endiablados ruidos continuaron. Don Bosco entonces decidió cambiarse de habitación, pero esto tampoco sirvió. Y así empezó a adelgazar y a peligrar su salud, pues no podía dormir bien.
La situación era tan preocupante que incluso su madre, la actual Venerable Mamá Margarita, entraba a su habitación y, mirando al techo, gritaba: "¡Feas bestias, dejad en paz a Don Bosco, acabad de una vez!".
San Juan Bosco mandó abrir un hueco en el techo, como un tragaluz, y puso una escalera para subir rápidamente al escuchar el primer ruido. Así, cuando los infernales sonidos empezaron, el santo subió de inmediato y se encontró con el demonio.