El Papa Francisco afirmó que el Evangelio es el fuego del amor de Dios que enciende la llama de la fe, quema el egoísmo, ilumina la vida y consume los ídolos que esclavizan a las personas.
Así lo indicó el Santo Padre en su reflexión antes del rezo del Ángelus este domingo en la Plaza de San Pedro, al meditar sobre una frase de Jesús en el Evangelio de hoy: "He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! (Lc 12,49)".
Al explicar lo que el Señor quiere decir con esta frase, el Papa Francisco resaltó que "el Evangelio es como un fuego porque es un mensaje que, cuando irrumpe en la historia, quema el viejo equilibrio de la vida".
El Evangelio también "nos desafía a salir del individualismo, nos desafía a vencer el egoísmo, nos desafía a pasar de la esclavitud del pecado y de la muerte a la vida nueva del Resucitado, de Jesús resucitado".
"De ese modo es como el fuego: mientras nos calienta con el amor de Dios, quiere quemar nuestros egoísmos, iluminar los lados oscuros de la vida que todos tenemos, y quemar los falsos ídolos que nos hacen esclavos", destacó el Papa Francisco.
El Evangelio, continuó el Papa, "está lleno del Espíritu Santo, que es comparado con el fuego, y con su luz y su fuerza revela el rostro misericordioso de Dios y da plenitud a los que se considera perdidos, derriba las barreras de la marginación, cura las heridas del cuerpo y del alma, renueva una religiosidad reducida a prácticas exteriores".