La Conferencia Episcopal Mexicana explicó en un comunicado que no se puede permitir la clonación reproductiva ni terapéutica porque estos procedimientos instrumentalizan y cosifican al ser humano, atropellando su identidad.
“Es reprobable crear seres humanos como ‘copia’ de otros (clonación reproductiva), destruyendo el sentido de paternidad, filiación y consanguinidad; la clonación reproductiva ha sido mundialmente rechazada. Es reprobable también la creación de seres humanos como ‘depósito de refacciones’, (clonación terapéutica), aunque sea al servicio de otros seres humanos enfermos, ya que ello constituye una instrumentalización y cosificación de la persona humana”, precisaron los obispos.
El Episcopado publicó una declaración sobre la creación del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN) y aclaró que nunca se ha opuesto a las investigaciones que busquen “mejorar la salud y la vida de los mexicanos”.
Los obispos aclararon que el problema radica en la ley de creación sorpresivamente “eliminó una cláusula que prohibía la clonación, llamada también trasplante nuclear o transferencia nuclear, y la utilización de células madre provenientes de embriones vivos”.
El Episcopado aseguró que toda investigación científica “ha de guiarse por sólidos principios morales” como “el respeto a los derechos humanos, de los cuales el primero y fundamental es el derecho a la vida y el respeto a la dignidad e integridad de cada persona humana desde su concepción hasta su muerte natural”.
“Esta dignidad inalienable exige de manera directa abstenerse de toda forma de clonación humana, la cual constituye una violación de la identidad de la persona tanto en el nivel biológico como psicológico”, precisaron.