Después de la lectura del breve pasaje de Jesús con los discípulos de Emaús en diferentes idiomas, el Papa Francisco pronunció su catequesis en italiano que dedicó a su reciente viaje a Canadá.
"Se trató de un viaje diferente a los otros. De hecho, la motivación principal era la de encontrar a las poblaciones originarias para expresarles mi cercanía, la cercanía de la Iglesia, y mi dolor y pedir perdón, pedir perdón por el daño que les hicieron aquellos cristianos, incluidos muchos católicos, que en el pasado colaboraron en las políticas de asimilación forzada y liberación de los gobiernos de la época", explicó el Papa.
El Santo Padre recordó que el lema del viaje fue "Caminar juntos" y añadió que "en Canadá se ha iniciado un recorrido para escribir una nueva página, una página del camino que desde hace tiempo la Iglesia está realizando junto a los pueblos indígenas".
Se trata de "un camino de reconciliación y de sanación, que presupone la conciencia histórica, la escucha de los supervivientes, la toma de conciencia y sobre todo la conversión, el cambio de mentalidad", afirmó.
En esta línea, el Papa reconoció que "algunos hombres y mujeres de Iglesia han estado entre los más decididos y valientes defensores de la dignidad de las poblaciones autóctonas, poniéndose de su lado y contribuyendo al conocimiento de sus lenguas y culturas".
Sin embargo, el Santo Padre lamentó que "lamentablemente no han faltado cristianos -sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos- que han participado en programas que hoy entendemos que son inaceptables y también contrarios al Evangelio. Y por eso, fui a pedir perdón en nombre de la Iglesia".