VATICANO,
Como suele ocurrir en la mayoría de sus viajes, el Santo Padre improvisó en más de una ocasión durante su visita a Canadá, dejando para el recuerdo varias anécdotas y "sorpresas" fuera del programa oficial.
Fueron varias las veces en las que el Papa Francisco prefirió no subirse al coche cubierto y pasear en su silla de ruedas para transmitir su cercanía al pueblo canadiense y poder saludar a todas las personas que le recibían desde los laterales de la carretera.
Otras de estas "sorpresas" fuera del programa oficial fue la visita a un centro de acogida donde residen también ancianos enfermos.