VATICANO,
Al reunirse este 29 de julio con representantes indígenas en el Arzobispado de Quebec, el Papa Francisco rezó a tres mujeres por el actual camino de sanación y reconciliación con los pueblos aborígenes que sufrieron distintos tipos de abusos en Canadá.
Las poblaciones indígenas más grandes de Canadá son las Primeras Naciones, los Métis y los Inuit.
En su discurso de saludo en el penúltimo día de su estancia en Canadá, el Santo Padre encomendó los frutos de su viaje apostólico "y la continuación del camino que nos espera en el cuidado atento de quienes saben custodiar lo que es importante en la vida" a la Virgen María, Santa Ana y Santa Catalina Tekakwitha, la primera santa indígena de Norteamérica.
Al referirse a Santa Ana, la abuela de Jesús, el Papa recordó que al celebrar su memoria litúrgica el pasado 26 de julio "pude sentir su ternura y protección, venerándola junto a un pueblo de Dios que reconoce y honra a las abuelas".
Sobre la Virgen María, Madre de Dios, el Santo Padre indicó que "ninguna criatura merece más que ella ser definida como peregrina, porque siempre, también hoy, también ahora, está en camino; en camino entre el cielo y la tierra, para cuidarnos por encargo de Dios y para llevarnos de la mano hacia su Hijo".
Asimismo, el Papa Francisco habló sobre Santa Catalina Tekakwitha "mujer de presencia afable que nos ha acompañado, y cuyos restos se conservan no lejos de aquí".