Este jueves 28, luego de celebrar la Misa en el Santuario Nacional de Santa Ana de Beaupré, en Québec (Canadá), el Papa Francisco se detuvo un momento para saludar y abrazar a los invitados de un centro de acogida y obsequiarles un cuadro de la Virgen María.
En un correo, la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que "en el camino de regreso del Santuario Nacional de Santa Ana de Beaupré, el Papa Francisco se detuvo al encontrar a los huéspedes del centro de acogida y espiritualidad Fraternité St Alphonse".
"Acogido en el jardín del centro por los huéspedes permanentes y los que frecuentan habitualmente el centro, un total de unas 50 personas, entre las que se encuentran ancianos, personas que sufren diversas adicciones y enfermos de VIH/SIDA, y por el director responsable, el padre André Morency, el Papa conversó informalmente con ellos, escuchando sus historias y recogiendo sus oraciones", informó el Vaticano.
Luego, el Pontífice les regaló un icono de la Santísima Señora de Jerusalén. Se trata de un cuadro de fabricación moderna.
Esta imagen de la Virgen María es "muy popular entre los peregrinos de Tierra Santa", indicó el Vaticano, que señaló que el icono original se encuentra en la iglesia de la Asunción de María, cuya fiesta es el 15 de agosto.
La Santa Sede explicó que dentro de esta iglesia está el sepulcro vacío donde, según la tradición, "los apóstoles se reunieron para acostar el cuerpo purísimo de la Madre de Dios después de la 'dormición'".