El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, advierte sobre los desafíos que enfrenta el Sínodo de la Sinodalidad, una iniciativa que, reconoce "ha revuelto las aguas de la Iglesia", pero que no puede "inventar" la misión de la Iglesia Católica.
En su carta semanal, que concluye citando las palabras de San Pablo a los Hebreos ("Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre; no os dejéis arrastrar por doctrinas extrañas"), el Obispo de Córdoba desentraña algunos de los desafíos del proceso sinodal.
En primer lugar, Mons. Fernández reconoce que "la Iglesia, por su propia naturaleza es sinodal, es comunión, es asamblea" y por eso somos convocados a profetizar.
Sin embargo, aclara: "Es el Espíritu Santo el que habla en nosotros. Y aquí puede venir el equívoco, porque no falta gente que confunde el Espíritu Santo con sus propios pájaros en la cabeza".
Necesidad del discernimiento
El Obispo de Córdoba advierte que, si bien hay lugares donde en la primera fase del sínodo se han rechazado "propuestas erráticas", en otros, algunas de ellas "propuestas por una mínima minoría, han sido inmediatamente incluidas en los documentos conclusivos, faltando al más elemental de los discernimientos".