El CBC, ese mismo mes, citó a Rosanne Casimir, la jefa de los Tk'emlúps te Secwépemc, diciendo que pronto podrían comenzar los trabajos en la antigua escuela para exhumar e identificar los restos.
"Estamos utilizando la ciencia para respaldar cada paso a medida que avanzamos", dijo Casimir. "Tenemos un grupo de trabajo técnico que se ha juntado y que consta de varios profesores, así como arqueólogos técnicos, y continuamos trabajando con un especialista en radares de penetración terrestre también".
El CBC informó que las comunidades locales están divididas sobre si cavar tumbas sin marcar en las escuelas residenciales.
Mientras que algunos sobrevivientes de la escuela ven la exhumación como una forma de conmemorar adecuadamente a las víctimas, otros quieren que no las molesten.
El sobreviviente y poeta de la escuela Kamloops, Garry Gottfriedson, le dijo a CBC que "Todos los que estábamos en esa escuela residencial ya sabíamos que [los cuerpos] estaban allí".
"Ahora, es algo así como decir, '¿Nos crees?' Exhumar esos cuerpos y ese tipo de cosas es una forma de decir: 'Ahora, si esos fueran tus 215 familiares puestos en una fosa común como esa, dime cómo lo superarías'".
En Ontario, la policía y la oficina forense recibieron una solicitud de la policía indígena para ayudar en una investigación en la Escuela Residencial del Instituto Mohawk, donde los registros documentan la muerte de 54 estudiantes, informó el New York Times el año pasado.
Hay cuerpos allí, dice la comunidad local
Según los líderes de Six Nations of the Grand River, donde una vez estuvo la escuela, los huesos humanos fueron exhumados en la década de 1980 y luego vueltos a enterrar sin una investigación formal.
Los niños de estas escuelas morían por muchas razones, incluidas enfermedades (que se propagaban fácilmente debido a la desnutrición y las condiciones insalubres), accidentes y suicidio. El expresidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Canadá, Murray Sinclair, también recordó haber escuchado a los sobrevivientes testificar sobre infantes asesinados que nacieron de jovencitas y engendrados por sacerdotes, informó el Washington Post el año pasado.
"Para muchos canadienses y para personas de todo el mundo, estas recuperaciones recientes de nuestros niños, enterrados sin nombre, sin marcar, perdidos y sin ceremonia son impactantes e increíbles", dijo en un comunicado el año pasado RoseAnne Archibald, jefa nacional de la Asamblea de las Primeras Naciones, una organización nacional de defensa que trabaja para promover las aspiraciones colectivas de las personas y comunidades de las Primeras Naciones en todo Canadá.
Ella agregó: "No para nosotros, siempre lo hemos sabido".
Kevin J. Jones, Shannon Mullen y Carl Bunderson contribuyeron a esta historia. Artículo publicado originalmente en CNA y traducido y adaptado por Abel Camasca.
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