Edmonton,
En una multitudinaria Misa en Edmonton (Canadá), en la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, el Papa Francisco alentó a "custodiar la riqueza" que recibimos de nuestros abuelos, para hacer frente a "la niebla del olvido que asalta nuestros tiempos vertiginosos".
En su tercer día de viaje apostólico a Canadá, el Papa recorrió en su papamóvil el estadio "Commonwealth Stadium", de la ciudad de Edmonton, que congregó, de acuerdo a las autoridades locales, a alrededor de 50 mil personas.
En el camino, el Santo Padre besó y bendijo a algunos niños y se detuvo para saludar a los asistentes, mientras se escuchaba un canto tradicional indígena.
La Misa inició con el recorrido procesional de varios obispos, pero sin la presencia del Pontífice, quien se dirigió directamente a la Sede del altar por su problema de salud en la rodilla. En esta ocasión no utilizó la casulla, sino una estola roja con un báculo de madera.
En su homilía, el Papa Francisco reflexionó sobre la fiesta litúrgica de San Joaquín y Santa Ana, que se celebra cada 26 de julio, e hizo hincapié sobre dos temas: el que "somos hijos de una historia que hay que custodiar"; y el que "somos artesanos de una historia que hay que construir".
Sobre el primer punto, el Santo Padre, señaló que "nuestras raíces, el amor que nos esperaba y que recibimos cuando vinimos al mundo, los ambientes familiares en los que crecimos, forman parte de una historia única que nos ha precedido y nos ha generado".