Este domingo 24 de julio se celebra la Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, instituida por el Papa Francisco, quien dispuso además que los fieles tengan la posibilidad de obtener este domingo una indulgencia plenaria.
De modo breve se puede decir que la indulgencia plenaria "lava" completamente el alma de la persona y la "devuelve" al estado en el que estuvo al recibir el Bautismo. Si una persona fallece después de recibirla, va directamente al Cielo.
En mayo de este año, la Penitenciaría Apostólica del Vaticano informó que el Papa Francisco concedió este don "a los abuelos, ancianos y todos los fieles que, motivados por el verdadero espíritu de penitencia y caridad, participen el 24 de julio de 2022, en ocasión de la Segunda Jornada Mundial de los Abuelos y los Ancianos, en la solemne celebración que el Santo Padre Francisco presidirá en la Basílica Papal Vaticana, o en las diversas celebraciones que se desarrollarán en todos el mundo".
En ese momento no se sabía aún que el Santo Padre viajaría a Canadá, donde estará hasta el 30 de julio, por lo que la Misa en San Pedro la celebró este domingo su Vicario, el Cardenal Angelo de Donatis.
La indulgencia también se concede hoy "a los fieles que dediquen tiempo adecuado a visitar, presencial o virtualmente, a través de los medios de comunicación, a los hermanos ancianos necesitados o en dificultad (enfermos, abandonados o discapacitados)".
También pueden obtener la indulgencia los "ancianos enfermos o todos aquellos que, imposibilitados para salir de la propia casa por motivo grave, se unan espiritualmente a las funciones sacras de la jornada mundial, ofreciendo a Dios misericordioso sus oraciones, los dolores y los sufrimientos de la propia vida, sobre todo mientras las palabras del Sumo Pontífice y las varias celebraciones se transmitan a través de los medios de comunicación".