Hace 55 años, el Papa San Pablo VI promulgó Humanae Vitae, una encíclica que inequívocamente clarificó la perenne oposición de la Iglesia Católica a la anticoncepción.
Aunque esta enseñanza enfrentó resistencia de muchos teólogos e incluso obispos en su momento, ha sido reafirmada y más desarrollada por posteriores enseñanzas pontificias, desde la Evangelium Vitae de San Juan Pablo II a la actual versión del Catecismo de la Iglesia Católica, recientemente revisado por el Papa Francisco, que describe esta práctica como "intrínsecamente mala".
Ahora, una institución del Vaticano, creada precisamente por San Juan Pablo II, está promoviendo un "cambio de paradigma" en la teología moral, que incluiría alejarse de la enseñanza establecida sobre la anticoncepción, pero también sobre la eutanasia y formas de concepción artificial.
Quienes apoyan este "cambio radical" están pidiendo al Papa Francisco hacer lo propio con una encíclica, afirmando esta ruptura radical de cinco décadas de consenso magisterial post conciliar.
Esto se encuentra incluido en un reciente documento publicado por la Pontificia Academia para la Vida (PAL, por sus siglas en inglés), institución creada por San Juan Pablo II en 1994 para estudiar y proveer guía "sobre los principales problemas de biomedicina y de la ley, relacionados a la promoción y defensa de la vida, sobre todo en la relación directa que tienen con la moral cristiana y las directivas del magisterio de la Iglesia".
La Pontificia Academia para la Vida presenta a "Theological Ethics of Life: Scripture, Tradition, and Practical Challenges" (Ética teológica de la vida: Escritura, tradición y desafíos prácticos), una síntesis de 528 páginas de un seminario teológico auspiciado por la Pontificia Academia para la Vida en 2021, como "una contribución que elabora una visión cristiana de la vida exponiéndola desde la perspectiva de una antropología adecuada a la mediación cultural de la fe en el mundo de hoy".