REDACCION CENTRAL,
La Iglesia Católica recuerda cada 13 de julio el martirio de Marianna Biernacka, beata polaca que durante la Segunda Guerra Mundial entregó su vida para salvar de la Alemania nazi a su nuera y al hijo que ella llevaba en el vientre.
La Conferencia Episcopal Polaca indica que Marianna Biernacka, una de los 108 mártires beatificados de la Segunda Guerra Mundial, es considerada la patrona de las suegras.
Marianna nació en Polonia en 1888. A la edad de 20 años, se casó con Ludwik Biernacki. Seis hijos nacieron en su matrimonio, pero cuatro murieron poco después del nacimiento. Sus hijos sobrevivientes se llamaron Leokadia y Stanisław.
Marianna y Ludwik mantuvieron a su familia trabajando en una finca de 20 hectáreas en la ciudad polaca de Lipsk. Después de la muerte de su esposo, Marianna sólo vivió con su hijo, ya que su hija Leokadia se había casado.
A partir del 11 de julio de 1939, después de que su hijo Stanisław se casara con Anna née Szymczyk, Marianna vivió acompañada de esta joven pareja, mostrando una actitud de preocupación, bondad y amor maternal hacia los esposos y sus hijos.
El 1 de julio de 1943 hubo arrestos masivos de residentes en Lipsk y sus alrededores, en represalia por el asesinato de un policía alemán. Los nazis arrestaron al hijo de Marianna y a su esposa, que estaba embarazada, para asesinarlos.