VATICANO,
El Papa Juan Pablo II dedicó su reflexión en el rezo del Regina Coeli a recordar el papel de la Virgen María en la vida de los creyentes y señaló que, como Madre de todos, permite redescubrir la fraternidad entre los seres humanos.
En el día en que muchos países del mundo celebran el Día de la Madre, el Papa recordó que “en la cruz, Jesús quiso ofrecer, de manera fácilmente accesible a todos, la espiritual maternidad de María, entregándole al discípulo predilecto como hijo”.
“Desde entonces, generaciones y generaciones de creyentes, la invocan y recurren a ella con amor y esperanza”, señaló.
El Papa explicó que “la Virgen expresa su maternidad en su singular proximidad al ser humano y a todas sus vicisitudes”.
Según el Pontífice, si los seres humanos advirtieran este don extraordinario, “se sentirían mucho más fácilmente hermanos, renunciando al odio y a la violencia para abrir el corazón al perdón de las ofensas recibidas y al respeto sin reservas de la dignidad de toda persona”.
Además, pidió que “la Madre de Jesús proteja y apoye a todas las mamás del mundo” y recordó que “durante el mes de mayo, el pueblo de Dios siente la necesidad de intensificar su propia devoción a María, cuya presencia maternal es apoyo para los cristianos y para todo el mundo”.