La tauromaquia, la fiesta de los toros o, como se conoce en España, la fiesta nacional, es criticada desde hace años por grupos animalistas que se postulan como defensores de los supuestos derechos de los animales. Pero, ¿es una práctica reñida con el cristianismo?
El sacerdote Antonio Romero Padilla, párroco de San Martín de Tours en la localidad sevillana de Carrión de los Céspedes, es además, cofrade, rociero y aficionado a la tauromaquia.
Consultado por ACI Prensa, el P. Romero se muestra claro en la cuestión sobre la compatibilidad de la tauromaquia con la doctrina cristiana: "Los toros no son un espectáculo pagano, sino uno profundamente creyente y cristiano".
Este es el motivo por el que, a su juicio, "ha pervivido en la cultura más católica y más cristiana del mundo que es la española".
No en vano una buena parte de la simbología y las tradiciones en el mundo de los toros están relacionadas con la fe. Así, se bendicen los toros antes de los espectáculos "como una muestra de mostrar el señorío de Dios en la Creación".
"El poderío de la vida solo lo tiene Dios", señala el sacerdote, pero en los encierros, las corridas o las capeas "se le concede de forma excepcional a este animal, por su bravura y su categoría, un dominio que solo tiene el hombre" en la Creación, concluye.