REDACCION CENTRAL,
El Obispo de Ondo (Nigeria), Mons. Jude Ayodeji Arogunde, aseguró que el ataque del 5 de junio, Domingo de Pentecostés, a la parroquia San Francisco Javier de Owo, que dejó al menos 40 católicos muertos y más de 80 heridos, fue un "acto de genocidio".
En una entrevista con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), el obispo, que recientemente viajó a los Estados Unidos para pedir justicia por los cristianos perseguidos en su país, dijo que se necesita una acción inmediata para combatir la inseguridad en Nigeria.
El miércoles 6 de julio fue secuestrado el P. Peter Amodu, sacerdote nigeriano de la Congregación del Espíritu Santo que es párroco de la Iglesia del Espíritu Santo en la Diócesis de Otukpo. El secuestro ocurrió cuando el presbítero se dirigía a celebrar la Misa.
Asimismo, unas horas antes, el martes 5 de julio por la noche, en Mubi, estado de Adamawa (Nigeria), hombres armados atacaron la residencia de un pastor, el reverendo Daniel Umaru. Mataron a dos de sus hijos y secuestraron a su hija de 13 años. El religioso herido se encuentra grave en el hospital.
La difícil situación de los cristianos de Nigeria, dijo el líder católico "muestra el contraste entre el cristianismo, que, en todas sus formas y expresiones, valora la vida como el bien supremo, y el islam militante radical, que persigue como su bien supremo la ideología islamista, como el establecimiento del califato para cubrir a toda la nación, sin importar el costo para la vida y la dignidad humana".
Según el Obispo de Ondo, "las señales apuntan a que la masacre de Pentecostés fue llevada a cabo por pastores militantes islamistas fulani, aunque el gobierno nigeriano aún tiene que identificar formalmente a los terroristas".