La Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) lamentó la tragedia que ocurrió en la madrugada del 28 de junio en la cárcel de Tuluá, municipio del departamento del Valle del Cauca donde un incendio provocó la muerte de 51 personas y dejó a otras 24 heridas.
El general Tito Yesid Castellanos, director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), dijo ayer martes que aproximadamente a las dos de la madrugada sucedió una riña entre presos en el pabellón 8 "que se estaba convirtiendo posteriormente en un motín".
"La guardia entra a controlar, ellos incendian unas colchonetas que desafortunadamente causan el deceso de 51 personas, 49 en el momento y dos en el hospital, y 24 más que se encuentran en estos momentos en el hospital aquí en Tuluá", informó.
El general indicó que "algunos de los guardias de la prisión han sido heridos, pero no tenemos víctimas entre ellos".
En su comunicado, con fecha 28 de junio, los obispos lamentaron "la pérdida de estas vidas humanas en circunstancias tan dolorosas y le expresamos a sus familiares nuestra cercanía en este momento que conjuga dos dramas: el primero, la realidad, de por sí triste, de tener un integrante de la familia privado de la libertad; el segundo, la imposibilidad de verlos nuevamente en casa y reintegrados a la sociedad".
"Por nuestra fe en Jesucristo, estamos convencidos de la posibilidad de rehabilitación de cualquier persona que haya incurrido en algún delito, por grave que este sea".